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Risotto de primavera


Este risotto es un encuentro de sabores intensos y sorprendentes: la dulzura de los higos secos, la nota amarga y fresca de los bruscandoli (brotes de lúpulo silvestre), el crujiente de las nueces y el sabor pronunciado del guanciale crean un equilibrio refinado y armonioso. Es un plato que celebra la cocina estacional y el placer del contraste entre dulce y salado, ideal para quienes aman los sabores rústicos pero sofisticados.
50’ min.
Media
4 personas
Ingredientes


  • 320 g de arroz Carnaroli o Arborio
  • 1 cebolla
  • 1 zanahoria
  • 1 rama de apio
  • 150 g de bruscandoli (brotes de lúpulo silvestre)
  • 80 g de higos secos
  • 50 g de nueces peladas
  • 100 g de guanciale (papada curada)
  • 1 diente de ajo
  • 100 g de guisantes (frescos o congelados)
  • 3–4 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
  • Sal al gusto
  • Cúrcuma en polvo al gusto
  • Pimentón dulce al gusto
  • Queso rallado al gusto
Preparation


Primero, prepara un buen caldo de verduras: en una olla alta coloca agua, una cebolla, una zanahoria y una rama de apio. Lleva a ebullición y deja hervir a fuego lento para obtener un caldo ligero pero sabroso, que acompañará al arroz durante la cocción.

Mientras tanto, dedica tiempo a los ingredientes principales. Pica groseramente las nueces, corta los bruscandoli en trozos pequeños y los higos secos en cubitos. Corta el guanciale en dados y la cebolla en tiras finas (juliana).

En una sartén grande, calienta un chorrito de aceite de oliva virgen extra junto con un diente de ajo. Cuando el ajo empiece a dorarse, añade la cebolla y el guanciale y sofríe a fuego medio hasta que el guanciale esté crujiente y la cebolla tierna y brillante.
En ese momento, agrega las nueces y los higos secos, y luego incorpora también los bruscandoli. Aromatiza todo con una pizca de cúrcuma y pimentón dulce, mezcla bien y deja que los sabores se integren durante unos minutos. Cuando los aromas estén bien combinados, retira del fuego y reserva.

En otra cacerola, vierte un chorrito de aceite y tuesta el arroz durante un par de minutos, removiendo constantemente. Cuando los granos estén translúcidos, comienza a añadir el caldo caliente, un cucharón a la vez, removiendo y esperando a que se absorba antes de agregar más.

A mitad de cocción, incorpora la mezcla de guanciale, bruscandoli, higos y nueces, y añade también los guisantes. Continúa la cocción añadiendo caldo según sea necesario, hasta que el risotto esté cremoso y los granos todavía ligeramente al dente. Corrige de sal si es necesario.

Finalmente, fuera del fuego, añade el queso rallado y mezcla para que el risotto quede cremoso.

Deja reposar un minuto y sirve el risotto bien caliente, decorando con algunas nueces picadas, un chorrito de aceite en crudo y un pequeño brote de bruscandolo fresco.

Sugerencia del chef
Este risotto combina muy bien con un vino blanco con cuerpo, como un Soave Clásico o un Friulano, que realza sus notas vegetales y dulces sin dominarlas. ¡Buen provecho!

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